Viernes, 13 de Diciembre de 2024
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Los privilegios reales

Los privilegios reales

Alberto Carpio
Pre-Textos
2018

ISBN: 978-84-17143-25-1

Los privilegios reales

Reseña de Abraham Gragera para Nayagua 29

 

Los privilegios reales es el segundo libro de poemas de Alberto Carpio (Sevilla, 1983). El primero, Los comensales, obtuvo el XII Premio Internacional de Poesía Emilio Prados en 2012.

Dos rasgos caracterizan desde sus inicios a un buen poeta: tener una visión del mundo propia, aunque pueda no estar clara todavía, y el compromiso con el lenguaje. Los comensales, a pesar de ser un primer libro, a pesar de cierta timidez, destacaba por lo genuino de su propuesta y de su búsqueda expresiva. Carpio hacía gala en su ópera prima de una gran inteligencia poética, de una personalidad singular, capaz de redefinir, de iluminar desde nuevos ángulos, varias tradiciones y temas. La fisicidad de su lenguaje, su exuberancia contenida, la tensión sutil de su sintaxis, la visión introspectiva, intelectual, fusionada con lo orgánico, con el cuerpo y sus funciones, como el acto de comer, con los vínculos entre la materia viva y con los vínculos familiares, remitían a la pintura del barroco, invitaban a mirar nuestra realidad como se mira una naturaleza muerta, nos colocaban ante el abismo de la carne, de su esplendor y su caducidad, de su inmanencia y su trascendencia, pero sin exageraciones, con una sobriedad tonal, con una ausencia de sentimentalismo y de confesionalismo envidiables, con maestría.

En Los privilegios reales la visión del mundo del autor y su compromiso con el lenguaje poético van mucho más lejos. Carpio extrema sus hallazgos sintácticos y lingüísticos, así como su exploración de lo orgánico, pero añade, además, una nueva dimensión: la histórica. Creo que Alberto Carpio es el primer poeta español que aborda con seriedad, con una absoluta falta de complacencia y una sensibilidad capaz de detectar los residuos totalitarios que conforman nuestro lenguaje y nuestra historia común, el tema del colonialismo y el poscolonialismo. El título de la obra, de entrada, es de una deliciosa ambigüedad, ya que el adjetivo reales se refiere tanto a la realidad como a la realeza. Y son los privilegios del rey de las Españas en las Américas los que se muestran aquí con toda su crudeza y toda su belleza verbal. Para ello, Carpio recupera numerosos textos originales de la época de la conquista, más con el instinto del poeta, es decir, más con la intención de recrear la violencia de un idioma, de actualizar su poder, que con la misión notarial del historiador o la autopropaganda del moralista («los hierran en las caras por tales esclavos, y se las aran y escriben con los letreros de los nombres de cuantos los van comprando, unos de otros, de mano en mano, y algunos hay que tienen tres y cuatro letreros, de manera que la cara del hombre que fue criado a imagen se ha tornado en esta tierra, por nuestros errores, papel»).

 


(Reseña completa en Nayagua 29.)

 

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