Encuentro con Sara Torres FCPJH

Si el deseo no tiene objeto "natural", entonces buscar en el lenguaje los puntos de fuga a los discursos normales sobre el ser y la vida. El texto como plataforma de reflexión sobre los afectos, pero también como lugar generativo para nuevos devenires afectivos y estéticos. La escritura, sobre todo, aparece como el lugar de esa interlocutora imaginada, a la que demandamos reconocimiento, amor. En la phantasmagoría del cuerpo-texto conviven las voces de la escribiente y la interlocutora. La escribiente intenta tocar, ser reconocida por la interlocutora, y en ese impulso se genera un tejido de trasvase. A partir de un exceso afectivo aparece la verbalidad y sus ritmos. Pensar la escritura es entonces pensar en la economía energética de los cuerpos-texto.

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ahora que te* pierdo te* pareces tanto a la naturaleza de la Ausencia  has* ahorcado al carnero con tus*  manos  fuiste* inocente y ahorcaste* el carnero con tus manos porque pobre de ti*  

no podías no hacerlo
no podías ser más que el dolor cardinal que separa la vida de sus formas
que separa la vida de sus formas 

/perder contigo los rituales de la existencia  perder la identidad
quedar desfigurada y sedienta/ 

*(tú) es un lugar vacante en el discurso antiguo

la interlocutora  el fantasma